viernes, 6 de mayo de 2016

Prólogo de BEETHOVEN, ¡HERMANO!

Sentarte a solas con el compositor que te ha elegido para que escribas sobre él, es un privilegio. Beethoven vino a mí puro, libre, con esa personalidad arrolladora que se desata y provoca reacciones en cadena. En la intimidad de nuestros encuentros descubro otro “claro de luna”, expresiones contundentes ante “la patética” actualidad,  contemplo la “Aurora”, la belleza de lo “Pastoral”, tomo nota “Heroica” por no ser napoleónica, sinfonías de estados que evolucionan a esa dimensión de inmensa alegría…
La intensidad del genio que se revela me supera y en un mar de lágrimas necesito escuchar el canto de la Naturaleza que él adoraba, mientras reposan los sentimientos agitados y el puzzle de mi Beethoven empieza a conformarse. Entender la profundidad de un ser elegido como transmisor de un mensaje de Hermandad intemporal a pesar de su complejo carácter y una patología que amenazaba con destrozar el fin último de su vida, me conmueve. Generar amor hecho música en sus circunstancias, hace que su obra se aún más valiosa.
Querido Beethoven, aquí lo tienes, este libro de teatro musical para que te diviertas de la mano de Harpo Marx, a quien conocerás por licencias de esta autora, “el sordo y el mudo”, humor con amor, porque te lo mereces. Y por si fuera poco, también viajarás a nuestros tiempos para que el Doctor Caracol te opere y tal vez puedas volver a oír gracias al implante coclear y los cuidados de la logopeda, Auxiliadora. Es provocador imaginarte en nuestro mundo con tus reacciones más auténticas para convertirlo en un homenaje al silencio, tesoro aún por descubrir.

Beethoven, te llamo ¡Hermano!, porque es lo mínimo que puedo ofrecerte, por ser quien sois, transmisor de ondas sonoras eternas que logran desplegar nuestras manos hermanas unidas por tu legado musical de Amor a la Humanidad .  

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